a gritos por la calle.
No sabía si correr
o matarme.
He optado por el agua,
¿qué te parece?
Las duchas frías fingen ser
los escalofríos que le debe tu aliento
a mi espalda.
Luego nos busco por algún libro
de Escandar.
Y me encuentro pasándonos página,
pero dejando
doblada
la esquina.
Tenías alas de mar
y prosa.
Tenías boca de invierno
y ojos de verano.
Tenías mis días
y mis noches
en tus manos.
Olías a dolor y a miel.
Sabías a infinitos "no sé...".
Nunca sonreías
y tu mirada me quemaba la piel.
Y qué más puedo decir
cuando todavía me faltan
palabras por encontrar,
poemas por leer,
margaritas que deshojar,
olas que romper.
Que aún no te quería
y aun así dueles.
Que el recuerdo de tus versos
me araña la voz al cantar.
Que es realmente patético
todo lo que pienso en ti.
...
Y que no te echo de menos,
joder,
que me faltan cervezas.